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¿QUÉ SE ENTIENDE POR CYBERBULLYING (O CIBERACOSO)?

El cyberbullying o ciberacoso se puede definir como el maltrato intencionado, sistemático y repetitivo (por un período prolongado de tiempo), mediado por el uso de las nuevas tecnologías de la información, como la Internet, la telefonía móvil, o los videojuegos con el fin de causar daño psicológico a una persona o a un grupo de personas (Pantallas amigas, 2004). Paralelamente al bullying, el cyberbullying involucra actos agresivos y constantes, mediante los cuales los agresores se valen de diferentes tecnologías de la información para menoscabar la integridad de las personas que están siendo agredidas y demostrar o ejercer su poder y control sobre las mismas (Olweus, 1993).

En este sentido, entre las formas tradicionales de acoso cibernético se encuentran la realización sistemática de acusaciones falsas, amenazas, chantajes, robos de identidad, divulgación de información privada, mensajes obscenos, entre otras. Ahora bien, dado que el cyberbullying es una práctica más habitual entre los pre-adolescentes y jóvenes, uno de los mayores riesgos asociados a esta actividad es el que genera la ridiculización social de la persona que aparece involucrada en contenidos digitales manipulados por el acosador. Esto puede provocar importantes daños psicológicos en la víctima que, en algunos casos, llega incluso a decisiones fatales como el suicidio (Reyns, 2010).

Principales características del cyberbullying

Como hemos dicho, el cyberbullying o ciberacoso se define como el maltrato intencionado, sistemático y repetitivo (por un período prolongado de tiempo), mediado por el uso de las nuevas tecnologías de la información con el fin de causar daño psicológico a una persona o a un grupo de personas. Al separar los componentes básicos de esta definición obtenemos las siguientes conclusiones:<7

1. Maltrato intencionado. El cyberbullying supone un comportamiento deliberado que busca dañar la integridad tanto psicológica como física de una persona o a un grupo de personas.

2. Sistemático y repetitivo. No se trata de comportamientos aislados, sino de acciones intencionales que se reproducen constantemente con el objetivo fundamental de degradar y humillar a una persona.

3. Uso de las nuevas tecnologías de la información (TIC). La primera condición indispensable para clasificar este comportamiento como un ciberacoso es el uso y la manipulación de las nuevas tecnologías de la información y su variado repertorio de herramientas, entre las cuales se destacan la Internet, las redes sociales (Facebook, Twitter, MySpace) y los celulares, por su facilidad de acceso y utilización.

Establecidas las anteriores características, hay algunos aspectos que llaman la atención de este fenómeno del cyberbullying, que lo distinguen en gran medida del maltrato tradicional y que se relacionan con tres constantes (Hinduja, S. & Patchin, J. W. (2011):

1. El desconocimiento que tiene la víctima de la persona que la está acosando. Se refiere esto a que el acoso ejercido, en la mayor parte de los casos, termina siendo anónimo, puesto que el victimario no necesita tener un contacto directo con la persona que está acechando.

2. El maltratado o la intimidación se puede ejercer desde cualquier lugar y en cualquier momento. La persona víctima de presiones y chantajes no está libre de los mismos ni siquiera en la seguridad de su casa. La tecnología y sus herramientas han logrado que las barreras de tiempo y espacio sean intangibles, lo cual permite a los agresores ejercer su control y maltrato en cualquier instante que ellos consideren propicio.

3. Tipo de acoso viral. Quiere decir que se propaga de forma mucho más amplia y rápida que el acoso tradicional, puesto que las informaciones y los contenidos que buscan humillar y degradar a las víctimas son divulgados de una forma casi instantánea, con lo cual se logra que muchas personas (en su mayoría de la misma edad) alrededor de la víctima se enteren de lo sucedido. Pero, infortunadamente, esto sucede sin que los adultos involucrados en el cuidado y la crianza de los jóvenes puedan intervenir de forma eficaz debido a su desconocimiento de las herramientas tecnológicas utilizadas.